Generación Ni-ni


El termino significa "ni estudia, ni trabaja”. Comenzó en Reino Unido en 1999 con la publicación del informe "Cerrando la brecha: nuevas oportunidades para jóvenes entre 16 -18 años que no estudian, ni trabajan, ni reciben formación", fue elaborado por la Unidad de Exclusión Social de ese país.
“Son chicos de entre 17 a 30 años que se han detenido en el proceso de crecimiento entre la adolescencia y la adultez, esto no significa que sean “vagos” sino que tienen que tomar decisiones y no están preparados. Dudan y se asustan.




Estos chicos sufren esta situación debido a que sus padres no le han puesto sus límites y no le han brindado las herramientas necesarias para enfrentarse a la vida”. Todo esto, fue planteado por Alejandro Schujman, psicólogo y autor, argentino, del libro "Generación Niní".
En el Reino Unido, la clasificación abarca a personas de entre 16 y 26 años (a los 16 años algunos todavía están en la edad de educación obligatoria). 

En Japón, la clasificación abarca a las personas de entre 15 y 34 años que están desempleados, solteros, no matriculados en la escuela o encargándose de tareas domésticas, y que no están buscando trabajo o recibiendo la formación necesaria para el mismo.
Sus causas son:
*   _ La obligación de trabajar en temprana edad, ya que los ingresos en sus casas son escasos. Aun así, no consiguen empleo, aunque tengan la intención._Aumento del precio de las universidades._Maternidad y paternidad a temprana edad._Problemas sociales._El no querer estudiar._Dificultades para conseguir empleo._Aceptar ser mantenido por otro y no tener la necesidad económica de trabajar o estudiar._Ocio.



Según el diario digital “La gaceta”, el cual publicó un artículo  en 2016, donde se comprobó que las mujeres son las más afectadas y los hombres menos. En la Argentina, 589.000 son mujeres y 179.000 son hombres. 
            
           
                     


Consultamos a psicólogos para saber si toda esta problemática es más profunda, Carolina, nos contó esto:
“Generación Nini, no trabajan ni estudian. Fenómeno en los contextos políticos, sociales, en la que los jóvenes deben pensar en los proyectos del futuro y no tienen nada garantizado. Tienden a la depresión y a la angustia”. Contestó a la pregunta de qué sabía de ésta generación. Luego, se le preguntó si estas personas tenían las mismas problemáticas y dijo que para ella no eran todos iguales, ya que nos encontramos atravesados por una cierta subjetividad.
Agregó que estas personas “pueden salir de esto, con el apoyo de su familia, ponerse en la búsqueda de un proyecto, de los sueños y poder encontrar lo que uno quiere hacer. También con ayuda de la terapia individual”; ese fue su consejo para éste tipo de casos.
Una estudiante de psicología y maestra, Laura Montanari, respondió desde su punto de vista, las mismas preguntas:
“Sé, por los lugares que yo trabajo, que hay muchos jóvenes que no trabajan, no estudian y no tienen un proyecto de vida. El tema es complicado, no conozco gente exactamente, pero sí hermanos de mis alumnos”, respondió a la primera pregunta.
Continuó: “problemas hay muchísimos, al no tener un estudio, ocupación, algo que hacer, a nivel humano, se pierden los hábitos básicos y la rutina, costumbres, metas, horizonte, sea para estudiar o trabajar”.




Prosiguió “todos los que tienen esto, no son iguales, depende el caso, la persona y el contexto”. También, ejemplificó : “No es lo mismo una persona que no estudia, ni trabaja en una villa a una que se encuentra en otras condiciones de vida, ya que las primeras, pueden ser más manipulables, política y socialmente, que las segundas por la diferencia de enseñanza realizada anteriormente”.
Para finalizar, dijo cómo se podría salir de ésta situación:

“Se puede salir de esto con educación. Ella nos tiene que servir para saber qué hacer con nuestro tiempo libre. Cómo manejar el óseo, no enseñarnos todos contenidos. Con políticas  puntuales que trabajen este tema, talleres, cambios de mentalidad y control por parte del Estado. Esto no surgió porque sí, sino que ya estaba programado”. También, añadió otra idea: “Si cada uno cumpliera con su función en la sociedad, la misma cambiaría y todo sería ideal”. Finalizó Laura.
Karina Altamirano, estudiante de psicología, también dio su punto de vista sobre esta problemática:
“Muchas personas desde su punto de vista dicen que está generación es así porque les gusta ser mantenidos, tener todo servido, no ven la necesidad de salir a ganarse la vida, etc, pero esto es una realidad objetiva, el contexto en el que se encuentran tiene mucho que ver, por ejemplo: para estudiar hoy en día en nuestra sociedad necesitas tener un sostén económico porque si no, no podes sostener tus estudios, y trabajo consigue aquel que cumple con los requisitos que piden los patrones muchas veces piden años de antigüedad, títulos, escalones académicos y no todos cumplen con ese perfil por ende a la juventud le resulta un poco “pesado” conseguir trabajo y si no se puede mantener económicamente deja el estudio y si encuentra un trabajo que le ocupa las jornadas también deja de estudiar ya que prefieren estabilidad económica antes que no tener trabajo ni poder estudiar.


El mismo sistema los lleva a no poder hacer ni una cosa ni la otra.
Hay cosas que no dependen de lo que uno mismo decida hacer, sino que dependen más bien del contexto y en el caso de los jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ese contexto en el que viven va de la mano de una realidad objetiva que no se puede cambiar simplemente cambiando de mentalidad”.

Además de hacerles preguntas a psicólogas, entrevistamos a dos adolescentes que pasaron y están pasando por esta situación:

“Mi nombre es Evelin Navarro, soy de Olavarría, Buenos Aires. Tengo 17 años, no trabajo porque soy menor de edad y no me aceptan, hasta la mayoría.
No estudio porque abandone a principios de 2018; para empezar el año siguiente. Voy a comenzar un plan llamado “Plan Fines” para recortar los años y hacer el secundario completo en tres años. Me quedé libre dos años seguidos y repetí.
Respondiendo a la tercera pregunta, sí, primero quiero terminar el plan de estudio el próximo año y si tengo la posibilidad empezar con un trabajo que no sea de tiempo completo, para que no se oponga con mis estudios. Sí, también pienso en un futuro, en donde tenga el secundario finalizado, como también un trabajo estable. Y vivir tranquilamente”.
“Mi nombre es Ezequiel Urquia, soy de Rosario, Santa Fe, tengo 21 años y estudiaba en la UNR, pero no tenía el dinero suficiente para poder pagar mis estudios, dejé en la mitad del año 2016. Tampoco he tenido suerte en el lado laboral. A pesar de esto, pienso en retomar mis estudios y encontrar un trabajo de medio tiempo.
En mi futuro, quiero tener finalizados mis estudios y poder trabajar de lo que he estado preparando en estos años”.





Una forma de lograrlo es: No perdiendo nunca la fe, ni la esperanza en uno mismo. Proponernos día a día metas, sueños y objetivos nuevos.Ser inconformista. No aceptar algún acostumbramiento. Cuestionar.











Redacción: 
Montanari María Inés.
Colaboradoras: Torres Florencia, Enciso Micaela, Lallana Brisa. 

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